5

Generaciones,
  Una Historia Familiar

135 AÑOS CONSTRUYENDO SUEÑOS

1875 – Un Joven Italiano Emprende una Travesía

Nuestra historia comienza en 1875 con Alfredo Francisco Pellas Canessa, un aventurero de 25 años proveniente de Génova, Italia. Este joven arriesgó todo en busca de su visión: construir algo extraordinario en Nicaragua, el exótico y tropical país que había ocupado sus sueños desde que se interesó por él en su infancia.

El Primero de Muchos Proyectos Visionarios

Alfredo Francisco vislumbró su primera oportunidad durante la Fiebre del Oro en California, Estados Unidos. El transporte de personas y bienes desde la Costa Este hasta la Costa Oeste era largo y peligroso, por lo que invirtió en una ruta más corta y segura a través de Nicaragua en barcos de vapor, que no sólo resolvió un problema en EE.UU., sino que contribuyó significativamente a la economía nicaragüense. ¡La ruta fue un gran éxito!

Sin embargo, no duró mucho tiempo. Surgieron noticias sobre los planes de construcción del Canal de Panamá y el ferrocarril transcontinental en EE.UU. Abatido pero no derrotado, Alfredo Francisco volvió a enfocarse en cómo podría seguir haciendo sus sueños realidad en la tierra que amaba.

1890 Inicia la Historia de Flor de Caña

Con la mirada puesta en la tierra fértil y la rica cultura que lo motivó a cruzar el océano, Alfredo Francisco persiguió una nueva visión: elaborar un ron en Nicaragua, conocido como la tierra de lagos y volcanes, que se convertiría en uno de los destilados más refinados del mundo. Buscó la tierra perfecta para cultivar, destilar y añejar este ron, y la encontró en el impresionante paisaje al pie del volcán más alto de Nicaragua: el San Cristóbal. La fértil tierra volcánica ofrecía suelo y agua ricos en minerales, además de un clima tropical único que sería fundamental para forjar un ron excepcionalmente suave, de sabores profundamente matizados. Fue aquí, cerca del Océano Pacífico y bajo la sombra de un volcán, donde Alfredo Francisco comenzó a construir su sueño.

Después de 5 Generaciones de Innovación, Resiliencia y Pasión... Un Legado
Familiar

135 años después, Flor de Caña sigue siendo parte de la visión y pasión de la familia. La maestría en la elaboración del ron, desde el campo hasta la botella, y el arte de compartir este gran ron con el mundo, se ha transmitido de generación en generación hasta hoy. A lo largo de nuestra historia y contra todo pronóstico —una guerra civil, hiperinflación, erupciones volcánicas, terremotos, incendios y huracanes— hemos sostenido y hecho crecer a Flor de Caña, manteniéndonos como un negocio familiar exitoso, dedicado al mismo sueño que Alfredo Francisco: hacer de Flor de Caña uno de los destilados más reconocidos del mundo.

En Flor de Caña, estamos orgullosos de ser una marca familiar de cinco generaciones. Nuestra dedicación a la tradición artesanal y a compartir nuestros rones exquisitamente añejados con el mundo es lo que nos ha permitido alcanzar este impresionante hito.

SOLO

3

DE CADA

10,000

empresas familiares llegan

A LA

5ta 

GENERACIÓN